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Te voy a contar mi vida, que me apetece

Recibir el váter

Recibir el váter

"Pase usted, por favor, tome asiento. Tiene buen aspecto, un pelín pálido, quizá. Póngase cómodo, no se inquiete por el agüjero. Está usted en su casa. ¿Le sirvo algo de beber o está cansado del sonido de la cisterna?" 

Que no... que no se me ha ido la pinza. Que aún conservo mi neurona, aunque haga bastante tiempo que no la pasee por aquí y pese a que cualquiera pueda pensar lo contrario a juzgar por el título de este post. Cualquiera, claro está, que no haya estado inmerso nunca en la pesadilla de hacer obras en casa. Y es que "Recibir el váter" es, queridos, la expresión que usan los albañiles para la labor consistente en "asegurar con yeso u otro material un cuerpo que se introduce en la fábrica, como un madero, una ventana, etc" (Real Academia Española © Todos los derechos reservados)... O, lo que viene a ser lo mismo, instalar el inodoro.

Y es que de todo se aprende. Tener a paletas en casa, pitillo en boca y vapor etílico en el aliento desde el primer rayito solar -cuando no rayita- puede resultar desquiciante, pero es sin duda una fuente inagotable de sabiduría. Del Bibi, uno de los rumanos que ayudó a configurar la estética actual de mi casa (el que hablaba, el otro no articulaba palabra en castellano), aprendí muchas cosas. Por ejemplo, que es imprescindible llenar el depósito con un par de litros de cerveza por jornada de trabajo si quieres que la obra avance, o como mínimo que haya alguien haciendo que trabaja en ella.

Reconozco que pese a tirar paredes, alisar gotelé, bajar escombros cuatro pisos sin ascensor, subir muebles esos mismos cuatro pisos por las mismas escaleras, compartir mis días con el Bibi y el mudo, pelearme con los de Ikea, desesperarme con los del Leroy Merlin, poner suelo, blanquear juntas... la cosa no fue para tanto. Al menos aprendí a recibir con educación al váter.

8 comentarios

Rider -

jajaja

siempre hay que quedarse con lo bueno de cada experiencia, y es lo que yo recuerdo...

Gracias y besos mil

Chelo -

En fin Serfín, o Sandalio como se llama el por desgracia todavía no mítico fontanero que me ha puesto todo lo relacionado "con aguas" en la nueva casa, este es de los que no le des nada un poquito fuera de lo normal, porque hasta te insulta "las mujeres teníais que tener prohibido ver revistas de decoración" me espetaba cada 2x3 y encima te tienes que callar "pero si ese grifo lo eligió mi con-suerte, coño"
Así que bueno, que me vas a contar, tengo el tema fresquito y mira que con la que está cayendo es difícil mantener algo frío...
Yo creo que los pintores de mi casa dormían en la escalera, porque no me lo explico, echaban más horas que un tonto fabricando un scalextric... y si me pongo con los albañiles te lleno el blog mona... así que mejor lo dejo y mañana compruebas en tus carnes si ha merecido la pena o no ;-)
besos

Larroquete -

A mi taladrar se me da muy bien, pero no me veo enseñando a Groove.

Anónimo -

Eso es lo malo de estas cosas, que ahora ves al Bibi hasta con cariño. Y seguro que si te encuentras a la telefonista del Ikea, la invitas a unas cañas y te echas unas risas.
Qué mala es la desmemoria. Ya te veo cayendo nuevamente en la trampa y recibiendo nuevos váteres, con los brazos abiertos...

Rider -

Ni idea, Larroquete.
¿qué tal se te da a ti?

Joder, Ángel... noto el refulgir de tu colmillo desde aquí. Grazie!

Groove, no es tan difícil... Todo es ponerse. Que te enseñe Larroquete, si sabe.

Larroquete -

¿Rider es verdad que Groove no taladra mal?

Groove -

bufff...yo no sé ni usar un taladro, como para saber recibir al váter...
¿Hace falta atornillar?

Ángel -

Sepan ustedes todos que esta señorita miente como una bellaca. La cosa ha sido para tanto y algo más.

Aquí el menda ha sido testigo directo, tan directo como medio metro de distancia, de peloteras memorables y durante meses con la señorita del servicio de atención telefónica de Ikea.

Juzguen ustedes si frases del estilo "muy suecos y muchas pollas, pero son un panda de hijos de puta", denotan, o no, cierto grado de malestar. Jijiji, me brilla el colmillo.