Blogia
Te voy a contar mi vida, que me apetece

Échate un poquito más...

Échate un poquito más...

Comer es un placer indudable. No hay deleite comparable al de degustar una ración de jamón ibérico acompañado de una copita de Ribera del Duero, por poner un ejemplo simple... y en España, además, tenemos la suerte de atesorar una gastronomía digna de dioses, pero también la desgracia de contar con una generalizada propensión a la gula.

No sé si será algo propio de la cultura española o pasa en otros lugares del mundo... no he viajado lo suficiente aún como para tener una teoría al respecto... pero lo cierto es que mientras las nuevas generaciones se desarrollan en una convulsión desquiciante entre el consumo masivo de hamburguesas y donuts y la anorexia de la hoja de lechuga, para los ciudadanos españoles de mediana edad estar flaco sigue estando mal visto.

Resulta socialmente incorrecto decirle a alguien que está gordo. A nadie que reflexione un poco antes de abrir la boca se le ocurre hacer un comentario del tipo: Menuda barriguita estás echando o desde este perfil se te ve bastante papada... Sin embargo no hay escrúpulos a la hora de comentar que te estás quedando en los huesos.

Se habla mucho de los trastornos psico-alimentarios como la bulimia y la anorexia, que sin duda son un problema de envergadura, pero apenas se reconoce la presión social que sufren las personas con una constitución corporal frágil para comer por encima de su capacidad. Existe. Y resulta extenuante.

1 comentario

Chelo -

Isa, que pasa chata ¿te ves presioanda para engordar? ni caso que estás estupendísima, es todo purita envidia, no come nada mi niña...